-Su carácter sigue siendo el mismo- determino mientras la veo conectarse, desconectarse y volverse a conectar, el castigo que me autoimpuse de no buscarla me sala los dedos… y su ausencia me duele, nadie dijo que sacar sus ojos de mi sistema fuera tan fácil.
Y decido a remplazar el anhelo de su compañía con unas botellas de alcohol me tiro al vicio de salir hasta la madrugada y soñar con gritar dramáticamente su nombre en el mirador al que nunca pude llevarla. Cuando termino una copa en el vacio del cristal encuentro su reflejo ¿Debería llorar? ¿Debería decirle que cada día pienso un minuto más en ella? Qué estoy encerrado en una foto que carece de sentido, en unos labios que no me hablan, en el deseo incontenible de tomar su mano ¿Eso es amor?
No he derramado una lágrima por ti desde que le prometí a mi reflejo que me volvería alguien a quien jamás volvieran a pisotear y eso me lo enseñaste tú, a no ser tapete ni héroe, ni víctima, ni verdugo, me enseñaste a fumar al lado del camino y contar estrellas con la luz apagada.
Te extraño, te digo en silencio cada vez que abro la pantalla de chat y veo que cambiaste tu imagen de perfil, ¿Qué tienes? Me pregunto cuándo tus mensajes son tristes, ojala estés bien…
Anoche recorrí bares y visite caras conocidas, en medio de la luz tenue, el rock y el humo del tabaco me encontré a una de mis ex novias, si, aquella que te caía tan mal y que después se convirtió en tu amiga, conversamos después de año y medio de no cruzar palabra, sin rencores, sin deseos, sin traumas, fue una charla amena, pequeña y sin sentido, tiene novio, va a la escuela, no tiene una vida fácil pero es feliz.
-Me gusto verla feliz- le comente a una amiga que me pregunto por ella, ¿Tu eres feliz? Me contesto… -No- dije tajantemente.
Vivo bien, pero estoy lejos de ser feliz y es que siendo sincero hubo un momento en que mi felicidad eras tú, mis escusas para visitar furtivamente a tus conocidos y ver si te encontraba con ellos, mis planes de verte sonreír, de apoyarte cuando lo necesitaras, de caminar juntos, de ir a enormes conciertos y caer riendo en el piso de tanto saltar, de tomarnos una copa y comer pizza hasta vomitar, mis sueños de vivir una parte de mi historia contigo.
El plan era abstenerme de pensar en ti, buscarme una vida lejos, comenzar de nuevo, fabricarme un futuro, yo que sé, hacerme adulto… pero, siempre hay un “pero” verdad.
Pero no puedo… no puedo hacerlo sin ti, quisiera que me miraras alguna vez como yo te miro, quisiera que supieras que sigo siendo tu fan, tu perro fiel, tu acosador clandestino, tu poeta loco, tu trastornado ladrón de fantasías, que recordaras dentro de tu corazón aquel sentimiento que te llevaba hablarme por teléfono, que recordaras que sigo aquí, que si me dieras la oportunidad de cuidar tu felicidad me harías el hombre más feliz del mundo, que yo nunca voy abandonarte, que aunque me trates como una jerga, aunque me arrastres, me pegues, me zapees, me rechaces, me uses o te niegues a hacerlo, aunque me evites, aunque te enojes y me hagas enojar, que aunque te pongas pesada y le digas a todos lo obsesivo, tonto e inmaduro que puedo ser, aunque hagas todo eso, no voy abandonarte.
Sé donde esta mi corazón… dame la oportunidad de verte, de hacerte reír, de ganarme tu confianza de nuevo, de volver a escuchar cuando me decías “te quiero”.
Que si soy un romántico, un loco, un tonto, sí, soy lo que tú quieras, pero soy tu romántico, tu loco, tu tonto y siempre lo seré, dame una oportunidad de decírtelo cara a cara, por favor dame una oportunidad…
Atte; Un Viejo amigo que se muere por verte