Advertencia: Esta exquisita narración corresponde a mis experiencias
como larva filosófica en la materia antes nombrada, conlleva mi reflexión, opinión
y vivencias durante el segundo parcial, que comprende básicamente el último mes
de clases, así que seré breve.
¿Cómo puedo comenzar está redacción? El profe Monreal dice que
tenemos que echarle ganas a nuestro texto, porque no solamente servirá tal cual
herramienta de evaluación, sino que también hablara de nuestra “tremenda”
capacidad como filósofos para describir nuestra realidad, mostrar nuestro
crecimiento académico y detallar nuestras circunstancias, pero sinceramente, después
de tomar la materia de filosofía política (por segunda ocasión), es un jodido
milagro que no me haya querido suicidar… (Otra vez) Explicare por qué.
Es difícil ser feliz en estos tiempos y sobretodo vivir en armonía
con nuestros semejantes, imaginen lo cabron que se torna todo cuando en clases
desmenuzamos los grandes misterios políticos, conceptos como “el estado” se nos
sirven en la mesa de análisis para su desarticulación, estudio, y critica,
imaginen lo difícil que es mantener la cordura mientras pensamos en las prescripciones
éticas que realiza la filosofía a las concepciones políticas para un ejercicio adecuado
de la misma e imaginen mi sorpresa cuando cotejo dichas nociones con mi
apestosa realidad, no es divertido enterarse de como las diversas ideologías que
sirven al aparato sistémico estatal manipulan al individuo de formas retorcidas
y demenciales que ponen en crisis mi mundo.
Comenzamos el parcial introduciéndonos al pensamiento filosófico-político
de del renacimiento y la ilustración, así que obviamente le hicimos una
autopsia a mi querido amigo Maquiavelo, un burócrata florentino que fue
traicionado por los Médicis y encerrado injustamente, para ganar su libertad
esgrime el Príncipe, dirigido a su compa Lorenzo (el vato que lo había encerrado
en un principio) y pues, así la cosa, Maquiavelo se gana su libertad al hacerle
la barba al chido, lamentablemente, poco tiempo después, el principado italiano
se desmoronaría. Pero bueno, “El príncipe” es un texto muy chido, al cual le achacan
el título de “El primer tratado de ciencia política”, ¿Por qué? Bueno, fácil,
resulta que hasta ese momento todo el que había escrito sobre política lo había
hecho en un tono de “uy si, esto no es política, política debería ser así” con
tonos muy éticos e idealistas sobre el asunto (imagínense que Platón quería que
los filósofos gobernasen), Entonces mi amigo Maquiavelo se quita de encima el
plano moral y comienza a detallar de forma histórica como “debe” de gobernar un
príncipe chido, terror, muerte, conspiraciones, traiciones, estrategias bélicas,
armas, sangre y todo con un tono de recomendación, yo me lo imagino así
Maquiavelo: -“Oye Lorenzo, yo sé que eres bien chingón, pero…
¿No has pensado en matar a esos infelices de por allá?”
Lorenzo: -“No… ¿Por qué?”
Maquiavelo: -”Bueno hermano, es que esos tipos quieren
levantar una república, y más vale un príncipe temido, que uno amado”
(Spoiler, parece que Lorenzo no le hizo mucho caso a
Maquiavelo)
Nos pasamos un ratote con Maquiavelo, mis compas se aventaron
la Mandrágora y los discursos de Tito, donde habla del clero y la república, y
bueno aparte de las sabrosuras de charlas que nos aventábamos en clase, Rodolfo
nos dejó hacer infografías, yo supongo que “para llevar el conocimiento a
aquellos que les da hueva leer tanto” no sé, para eso son las infografías y la
neta, pues estamos medio weyes con esto del diseño, pero progresamos mucho a lo
largo del mes.
Se las presumo
Por Último, tenemos que leer un texto completo, a mí me toco
Hobbes, el Leviatán, está súper chido, la neta lo pedí por que el nombre está
muy atractivo, aún no lo termino, pero me está gustando mucho, esperen la
entrada del leviatán, see you later space cowboys.