-Philip K. Dick-
Yo no he visto los márgenes del espacio ni disfrutado de las
mieles de dichas salamandras cósmicas que habitan, se mueven y trasmutan en los
márgenes del sistema Centaury.
Yo no he sentido el cálido beso del lecho oceánico, el
abrazo de sus abismos y la retribución demente de los Nark´s hijos bastardos de
una civilización muerta antes de que el simio evolucionara en hombre.
Tampoco he saboreado los colores de la aurora boreal, hecho fundamental
para descifrar los códigos binarios que de noche un duende me susurra en tonos
mentales, mezquinos y arrogantes pulsos teléquineticos que me producen
pesadillas y otros horrores.
No he hecho, ni visto, ni pensado todo lo que quisiera,
soñara o predijera, no he volado sobre los peludos lomos de grifos centinelas
de rondan eternas vigilancias sobre los castillos abandonados de magos, que se
fundieron con el éter.
Pero si he caminado sosteniendo la mano de una persona
amada, he abrazado la desilusión de su perdí, besado los labios de cientos de
ideas cuyos nombres borre de mi memoria.
Me he alzado triunfante de la agonía de la vida, marcando en
mi rostro una sonrisa de cincel que solo logro desterrar cuando la vida me lo
pide a gritos.
He hecho, visto y pensado muchas cosas… y de todas, algunas
se vuelven destino, historia y eternidad, como lo fuiste, eres y serás tú.
"El deseo del rayo es plantar en el suelo un arbol eléctrico."
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