No es malo tener miedo, lo malo es dejar que el miedo domine tu vida porque entonces no tendrás vida, sólo miedo.
Hay momentos en la vida en que una sola decisión, en un sólo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas... Cuando decides disparar a alguien... Cuando decides quererla o no quererla... Cuando decides tirar para adelante... Cuando decides mentir, traicionar, ocultar o cruzar la línea... Esa décima de segundo podrá hacer girar todo al lado oscuro... o inundarlo de luz... Podrá hacer de ti un héroe o un criminal... Podrá llevarte al cielo o al infierno... Pero siempre será un lugar desde el cual no podrás volver atrás...
Los sueños se rompen en pedazos cuando se topan de frente con la realidad, porque la realidad, a menudo es radicalmente distinta a como uno cree que es.
Las personas no siempre son lo que aparentan ser, ni las relaciones, ni mucho menos los sueños. Y esa realidad es la que se encarga de poner a cada uno en su sitio. Lo que uno cree que es negro, puede ser blanco, y lo que uno cree que es blanco, probablemente sea de todos los colores del arcoiris. Uno sabe como empiezan las cosas, pero nunca saben cómo van a terminar.
Hoy tengo miedo de mí, de mi futuro, de mi pasado
El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una, pero aunque se parezca, los miedos son tan personales y tan diferentes…como pueden serlo todas las familias del mundo.
Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño, miedos con los que uno aprende a ir conviviendo, hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nadie entienda lo que queremos ser,
Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpables a lo que les pasa a los demás y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido, como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca.
Dicen que la felicidad es la ausencia del miedo…y entonces….me he dado cuenta de que….últimamente yo ya solo tengo miedo.
El amor es un salto al vacío y para que todo funcione bien después del primer beso, de la primera caricia o del primer destello de luz que nos revela su sonrisa, hay que tener siempre los pies en el suelo. Pero creo que yo nunca he tenido los pies en el suelo, siempre he vivido pensando en el momento y eso da mucho más vértigo, pero la caída siempre es peor.
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Me he cansado de vivir buscando, de necesitar un cable a tierra, una voz de orden en mi vida, unos brazos que me cachen cuando caiga en el abismo de la locura. Ahora viviré de mi miedo, con el miedo y para mi miedo, de él saciare la sed de las rosas de mi tumba, seré mi miedo y con la voz de la soledad cantare la canción del fin de los tiempos.
Si todo arde jamás sentiremos frió.