31 ene 2012

Mis sinceras disculpas

¿Cuándo es momento de decir adiós? Cuándo nos toca madurar y dar ese paso; el de diferenciar un capricho al amor de verdad.

Hoy me detengo en cualquier jardín a cualquier hora buscando el botón que se marchito antes de florecer,

Cuantos hasta luego no se me ocurrieron contigo, cuantos intentos de purgar tus ojos de mi conciencia y de no volver jamás a buscar el tan esperado “si” que ahora se nunca vendrá…

Siempre me he visto como un ser que cumple sus promesas, una suerte de diablo que no puede romper el pacto que hizo y yo hace mucho frente a la tumba de nuestros recuerdos felices me prometí jamás dejarte, protegerte, quererte, buscar tu felicidad y crecer junto a ti en este infinito juego llamado vida, así soy yo, un niño que lentamente ha crecido en un camino forjado con lágrimas, desesperación, locura y muchos errores.

Me encapriche contigo, me obsesione contigo… no, simplemente elegí proteger y anhelar el amor de la primera mujer que me había hecho sentir algo más que amistad, sin embargo soy conciente de que en nuestros tiempos el amor de caballero fiel esta pasado de moda.

A veces pienso que debiste aprovecharme más, que debiste haberme dado una pizca del amor que yo te tengo y con eso hubiera sido suficiente, en el desierto cualquier gota de agua es un milagro.

¿Drama? Claro, la vida no tendría sentido sin tensiones, sin risas, sin arañazos, sin copas sobre la mesa, sin música ni bailes en la oscuridad.

Se que es muy tarde y solo puedo seguir mis reglas y andar por la vida con la frente en alto, no te reprocho nada… he anulado el contrato que hice con mi alma, no puedo proteger tu felicidad, no puedo ver por ti, no puedo buscar una mirada o una sonrisa sincera de una persona que no quiere que lo haga, no puedo buscarte más, le has dado la estafeta a otro candidato, uno mejor quiero pensar, uno que si vale la pena, uno que ojala te haga feliz.

No me arrepiento, no me entristeceré más de lo que tu quisieras que lo haga, no llorare, ni buscare la solución en la melancolía, no voy a defraudarte aún cuando no esperes nada.

Perdón si te hice daño, perdón si te aburrí, si no pude darte lo que buscabas, si no era suficientemente bueno para ti, perdón si me quedaba callado a tu lado o si hablaba de más, perdón si te di cosas de más, perdón por las sorpresa, perdón por las lagrimas, perdón por las desveladas, por los pucheros, por los caprichos, por los dramas, por las horas en balde, perdón por seguirte, buscarte, anhelarte, hacerte mi musa… pero de algo no me voy a disculpar y es por haberte amado…

Si volviera a vivir volvería a enamorarme de ti Lorena
Hasta que el destino nos vuelva a juntar…  Adiós

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