Entre más cameos innecesarios más respetaran nuestra absurda
fortuna
Texto e investigación; Aleister Sánchez
Cuando vi el avance de Ralp el demoledor lo primero que se
me vino a la cabeza fue “Genial cameos de videojuegos de mi niñez” entonces vi
a Bowser, a Zangief y a M.Bison en una reunión de villanos deprimidos y pensé si
Disney está gastando una verdadera fortuna por tener la imagen animada de estos
cabrones… ¿Por qué carajos no los usa mejor?
Si vas a ver la película solo por buscar y apuntar a los
personajes que crees que vas a reconocer pues déjame adelantarte que te vas a
decepcionar y es que la mayoría de los personajes de videojuegos reconocidos
salen en el avance y en los primeros 10 minutos de película, lo demás va por
cuenta de Ralph.
Aún así la película no es un desperdicio, cualquiera pensaría
que es de esas tramas simples y absurdas donde la confianza en sí mismo y el
valor de la amistad superan cualquier problema… bueno lo es, pero repito NO ES
MALA.
Los Personajes principales tambalean entre el cliché y la
falta de personalidad y aunque mayoritariamente los rige el cliché, de vez en
cuando sacan alguna frase o acción que o te descojona de risa o te hace decir “vamos
Ralph sigue así”.
La historia gira alrededor el clásico personaje deprimido
que no se siente conforme con lo que tiene, con lo que es o con como lo tratan
sus colegas, ese es Ralph el villano de un videojuego mediocre donde el tipo en
cuestión se encarga de moler el edificio a puños siendo detenido la mayoría de las
veces por Félix un enano de azul que parece haber salido de la relación
incestuosa de Mario y Luigi, ambos son la piedra angular de su arcadia, pero
cuando Ralph se cansa de que lo traten como basura criminal (bueno, el tipo
vive en un basurero y se encarga de moler el edificio de vivienda de unos curiosos enanos feos, yo no estaría
muy contento con que un cabron de tres metros se cargara mi casa) se escapa de
su videojuego y se va a buscar un lugar donde pueda ganarse una medalla y
regresar como todo un puto héroe, lástima que sin el villano el videojuego pase
por descompuesto y lo tengan que sacar del negocio.
Viendo esto Félix nada pendejo se embarca en la búsqueda de
su rival para que las cosas vuelvan a su curso natural, mientras Ralph ingresa
a un juego de disparos llamado “Hero duty” muy parecido a gears of wars pero un
millón de veces peor, donde escala la torre de los “bichos” para conseguir su
premio, cuando lo hace descojona el nivel y sale por las patas disparado en una
capsula de escape acompañado por un grotesco “bicho” y ambos terminan estrellándose
en un video juego de carreras, “Sugar Rush”, que es como si a Mario kart lo hubiesen
diseñado pedófilos con sobredosis y muchas ganas de comer pastel.
En el universo de Sugar Rush Ralph conoce a una niña “glitch”
la cual roba su reciente adquisición y la usa para pagar su entrada a la
carrera, pero como la niñata es una falla todos le hace bulling y la tratan
peor que un vagabundo con herpes en la cara, Ralph siente compasión por el
pequeño adefesio hiperactivo y se apunta para ayudarla a ganar la carrera pero
es timado por el Rey de caramelo quien le confiesa que si la pequeña bruja
llegase a ganar podría significar tanto el fin del juego como de ella.
Por otro lado Félix se topa con la comandante Calhoun, un bombón
de alta definición con mucha mala leche quien es la líder y protectora el
universo “Hero Duty”, ella le dice al mojigato reparador que su amiguito el
tarado de tres metros la acaba de cagar astronómicamente hablando, pues el
bichito que se llevo con él, es más peligroso que Satán con diarrea y sin
papel, así que juntos deciden ir tras Ralph y detener su camino de destrucción
y muerte (bueno exagere).
Ralph convencido de que hace lo mejor para la
chiquilla destroza el auto que juntos habían cocinado (era una galleta con
ruedas), La bombón de buen pixelaje se da cuenta que todo el azucarado mundo de
“Sugar Rush” esta enterito jodido pues en su interior miles de bichitos se han
reproducido y se encuentran a punto de cargase el video juego, Félix es
encarcelado en la mazmorra del Rey de caramelo después de ser bateado por la
belleza de mal carácter y Ralph decide estar deprimido y regresa a su
videojuego para enterarse que ya todos lo han abandonado pues la maquinita va a
ser desconectada, desde allí puede ver claramente el arcadia de Sugar Rush y se
da cuenta que la mocosa está impresa en la consola, lo cual le empieza a fabricar
dudas existencialistas.
El tipo regresa a Sugar Rush y libera a Félix y a la pequeña
hiperactiva, diciéndole que si logra cruzar la meta regresara a ser quien realmente
es, una corredora y no una simple falla, cuando se está librando la carrera
final los bichitos salen de la tierra y se empiezan a comer el videojuego, la
buenota intenta contenerlos pero no puede pues necesitan un faro para cargárselos
a todos (ya saben una trampa de moscos eléctrica pero gigante), la monita sigue
en la carrera y descubre que el pijo del Rey caramelo realmente es Turbo, un
demente personaje adicto a las carreras y el crack quien le ha borrado la mente
a la chavala y se ha apropiado del juego.
Ralph se agarra los huevos y decide ser un héroe sacrificándose
para hacer explotar un volcán de cocacola, pero antes debe de enfrentarse al
rey caramelo/turbo quien fue devorado por un bichito y asimilado, convirtiéndose
en un monstruo. Como siempre logran salvar el día, reiniciar el juego y darse
cuenta que la pequeña y fastidiosa falla realmente es la pequeña y fastidiosa
princesa del reino, Félix se casa con Calhoun (demasiados bits para ese
infeliz) y Ralph regresa a su juego antes de que lo desconecten y así todos
viven felices hasta el siguiente apagón.
Sinceramente me agrado, no es la mejor película animada de
todos los tiempos, pero es un buen tributo a todos los gamers de los 80 quienes
crecieron con juegos muy parecidos a los que aquí relatan, la animación es
regular pues la convivencia de personajes de distintos bits interferiría con
una animación elegante y sumamente detallada, los cameos me parecieron una
estafa, me hiere tan siquiera ver como los anuncian en gigantescos posters como
si fueran fundamentales en la historia, la enseñanza… ¿Hubo alguna? Si la hubo
yo no la mastique, cuál sería… ¿Si naces con un destino atente de él y no reniegues?
O… ¿Fastidia y fastidia hasta que la chica de gráficos de alta calidad vea en
tus 8bits el amor eterno? O… ¿Ayuda a las fastidiosas enanas hiperactivas, podrían
ser princesas y darte muchas recompensas? Realmente no importa la enseñanza, la
historia es pasajera y entretenida, los personajes aunque olvidables y prescindibles
no son tan molestos como en la mayoría de las películas de Disney y la cinta
aunque absurda no subestima la inteligencia del espectador, así que le doy un visto
bueno, si no tienes nada que hacer un domingo de flojera, es una buena opción
para pasar el rato.
Nos leeremos en la proxima nota, se despide su amigo Aleister (Uriel) Sánchez
Hasta luego vaqueros del espacio - Buenas vibras y dulces pesadillas.
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