Y me devolviste los sueños, las ganas de sonreír, me aseguraste un par de recuerdos, y entre mi conmoción te pregunto ¿Dónde estabas? O era yo el que vivía escondido, tanteando entre la necesidad y la apatía, cegado por una estrella que hacía años había hecho implosión, y fue en ese segundo que aparte la mirada de su retorcida luz que me encontré con el universo, me encontré con las infinitas posibilidades de tomar tu mano en el parque, de cargarte en mi espalda, de jugar como dos críos y reír y llorar y reír.
Despierto y estas allí, hace cuanto que ondulas en mis sueños como si de un espejismo se tratara, y tus melodías y tu carácter y tu eterna sonrisa… ¿Deberás?, seré lo suficientemente audaz para ganarme tu compañía, eres solo una niña, si… te falta mucho por crecer, si… pero el tiempo que aún resta, lo que quede y lo que sobre, quisiera estar a tu lado.
Me estas gustando demasiado y yo… no se qué hacer
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