Resbalando entre las líneas del placer me cruzo con el espíritu incompetente de sus recuerdos, cuando empecé a dejar de olvidarte, ¿Dónde me encontraron nuestras fantasías? Pensé que sabia esconderme del ayer… recuerdo cómo te llamas, recuerdo tu risa, tu cara no mucho pero el caso es que la locura me paso en una noche de copas tu dirección, se dónde encontrarte, se dónde mirarte... consternado por la idea de toparme contigo le pedí una audiencia a mi corazón para saber si te levantaba la condena, abogo la soledad por el destino y te dejo encerrada pudriéndote entre las fauces del rencor -Jamás cruces la delgada línea entre la fantasía y la demencia o nunca volverás a soñar en paz-.
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