Te mentiré de nuevo, me escurriré como sangre entre tus piernas y te hare creer que soy eterno, que soy ilustre, que valgo más de lo que vale cualquiera y entre cualquieras desayunare mi nombre y naceré de entre tus viseras con otra cara, con otros labios y dientes hechos de ego, malicia y vicio.
Pesadillas con cabeza de cobre, pedacitos de sol atorados entre tus dedos, señales de muerte en el café intranquilo, peces varados en la bahía de tus sueños, irreconocibles, flotantes asquerosos bañados de lama, cieno y putrefacción, dedícate a pescar olvido, dedícate a vivir sin tino, sin gracia, en la efímera y estupefacta caricia del ser, del mí, del no, y después… después no sabrás que estuve allí.
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