Los viernes son el líquido en las venas de dios, se disuelven entre alcohol y rugen en orgasmos por las noches.
Andan por la vida haciendo feliz a los ingratos y a veces hasta curan el mal de amores, se pueden ver en las madrugas acariciándole el pelo a sus amantes o jugando a las escondidas con los sábados.
La mayoría ama los viernes, son dóciles pero cuando se les suelta la rienda no paran de festejar la alegría de estar vivos…
Yo siempre quise ser viernes pero nací domingo.
“dicen que dios hizo el mundo en seis días y descanso el séptimo, por eso las peores cosas pasan en domingo”…
A veces cuando veo morir a un viernes ahogado en su propio vomito, me acerco y le susurro al oído una canción que nunca cantara.
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