4 abr 2011

Hay algo nuevo en la carretera


Todos los días paso por el mismo lugar casi a la misma hora, la rutina se ha vuelto un mecanismo automático, es siempre lo mismo… la calle es idéntica a pesar de que rellenan sus múltiples baches cada dos meses, las casas han mantenido sus tristes fachadas durante años, los vecinos siguen siendo los mismos hijos de puta de siempre, en general mi calle parece congelada en el tiempo, una fotografía gris, un recuerdo melancólico, mi calle es la viva imagen de los ojos de un muerto.
Misma basura, misma miseria… un momento, algo sobresale de esa banqueta, algo peludo, oloroso, su color no me es familiar, es un perro. El calor lo ha empezado a inflar, su estomago abultado pide a gritos que lo pique, su pelo entintado de sangre me invita a acariciarlo, sus dementes ojos saltones son dos joyas de irrealidad en esta pesadilla continua, ¿Quién eres? ¿De dónde vienes? Me quedo a su lado durante horas, le indico a la gente que lo vea, que lo admire, que lo abracen… estoy tan feliz.

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