Su mano se deslizo por la mejilla de Antonio provocando una mueca de extraña pasividad, por su parte él sostuvo con su mano la de ella en su cara mientras con la otra aparto la segunda mano de Maricela, la cual sostenía aquella playera que le había regalado en navidad, la prenda manchada de sangre intentaba contener la hemorragia que salía de la herida más profunda del joven, Por su parte Maricela intentaba desquitar los tres años que había pasado en medicina, solo para terminar deduciendo que aquella ráfaga de balas (en la cual Antonio se había servido de escudo humano) había dejado en su ex novio un herida mortal, ¿Por qué?, pregunto ella mientras la vida de su antiguo amante se escurría por sus manos… Antonio no contesto, solo la beso en la boca.
Años después, mientras Maricela anciana permanecía en su lecho de muerte, contemplo el rostro de sus hijos y nietos mientras estos se enjuagaban la cara en lagrimas y entonces… supo la respuesta.
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