“Llegara el tiempo en que las voces de la tierra solo cantaran lamentos”
Los terrones de polvo se disolvían entre los dedos de Remy mientras la poca agua que bebía aquella tierra oxidada provenía de las brumosas lágrimas de la chica. ¿Cómo dejamos que pasara esto? Se pregunto a si misma mientras contemplaba el antiguo sagrario del oeste, la plaga había devorado todo lo vivo que yacía en ese lugar, pasarían milenios para que lo verde retornara aquella zona infértil y mancillada por la locura del azote, Remy se apretó el cinturón, toco el mango de su espada y le dedico unas cuantas oraciones a todos aquellos valientes que habían perecido en la batalla, sabía que no viviría lo suficiente para ver reconstruida su patria pero tal vez sus descendientes disfrutarían del futuro en el que ella creía.
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