Estoy cansado de escuchar la misma canción, la voz misericordiosa que proclama una sonrisa dentro de mi prisión, quisiera pisar tus huellas, rastrear tu sombra y acercarme a la briza de tu olor, como imán oxidado necesito tu presencia y las lagrimas ya se cansaron de la misma escuza.
Estoy harto de ponerle play a mi vida sin tu pausa, de mirar por las cortinas, de pasar por tu calle con rosas marchitas, si te cuento que me quedo a dormir entre tu perfume, inhalando la droga de la que no me curare jamás, si te cuento que no me sé sin ti, que a la deriva voy buscando esa estrella que se trago la noche y el olvido.
Que me detienes el aire y me falta respirarte, que las velas de mi barco no se alzan sin tu calma, que mi brújula solo marca tu lugar, un gato, una luna, una palabra y me harías tan feliz.
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