Mañana iremos a ver a tus padres…
El cementerio es largo, profundo y deforme, el viento nos juega bromas haciéndose pasar por versos y canciones, la tumba, exaltada en contra del atardecer se impone majestuosa sobre aquella tierra maldita, el busto monocromático de yeso me recuerda el rostro de un hombre que jamás quise conocer.
¿Hace cuanto que duermes conmigo? Le pregunto a tu silencio, compartimos la cama en un moribundo cuarto enfermo de calma y desidioso en rutina, desayunamos juntos las sobras frías de un amor que nació quebrado, nos besamos en silencio y me acaricias el alma con gotas de roció, Llevo flores, lloras un poco después te vuelves de hielo, me arrebatas el ánimo con una bofetada, te abalanzas sobre mí, me plantas un beso, pides perdón y me das las gracias ¿Hace cuanto que dejaste de ser tú y te convertiste en nosotros?
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